Hace varios años, un asalto al Monte de Piedad nos puso a todos los medios a correr por media ciudad. Las autoridades hasta sacaron el helicóptero, y los enmascarados se metieron a una colonia llena de ventanales grandes, en busca de los responsables.
Y atrás de ellos, dos reporteros que no encontraban hacia donde voltear en medio de una galería de tiro.
Al final los malandros se pelaron, aunque estuvieron a nada de echarle el guante a uno.
O eso es lo que supimos cuando fuimos a dar a la entrada del Seguro Social, donde uno de los comandantes gritaba en un tono francamente encabronado.
- Estos hijos de la chingada.
Supimos que uno de los elementos caninos del grupo especial resultó herido en el operativo.
Sólo así puedes entender esta foto.
Es algo más que un equipo.
Esa expresión de alegría y amor. La entrega que pone la vida de los demás encima de la propia.
Extraño esa sonrisa.
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