Para muchos es bien conocido mi admiracion y respeto para el columnista y analista politico Alfredo Jalife Rahme, en mi no siempre humilde opinion y la de otros tantos colegas, el mejor analista en temas internacionales en este continente. Aqui algunos fragmentos de su columna Bajo la Lupa, este domingo 31, en La Jornada.
Para Washington la cabeza de Saddam constituye un preciado trofeo de guerra doblemente explotado para los fines mercadotécnicos de Baby Bush: 1. su sentencia a muerte fue pronunciada dos días antes a las elecciones del 7 de noviembre con el fin de aminorar el rechazo contra su aventura militar unilateral a Irak, y 2. la ejecución se cumple dos días antes del anuncio en Año Nuevo del flamante plan para Irak de Baby Bush, el cual sueña con la "victoria (sic) final" mediante el simple incremento de 40 mil soldados a los 130 mil invasores que no han podido someter a los sunitas del partido Baas, especialistas de la "guerra asimétrica".
Tras haber logrado la hazaña de haber detenido al ejército más poderoso del mundo que llevó la destrucción y la muerte con el fin de adueñarse del petróleo iraquí, los sunitas del partido Baas ahora poseen a un icono invaluable: Saddam, quien es más peligroso ahora que cuando gobernó tiránicamente o fue encarcelado porque su imagen de "héroe" y "mártir" se ha impregnado en el inconsciente colectivo de sus fieles seguidores listos a ofrendar sus vidas para que el mito perviva.
La leyenda no muere: hoy sigue más viva que nunca cuando Saddam se convirtió en su flama votiva.
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